Artefacto como nuestra manera de experimentar y procesar la ciudad, interpretando Madrid a partir de la información que proviene del ambiente.

jueves, 12 de enero de 2012

Los portales del mundo



Los pies cansados ya no necesitan esperar por la batalla. Ya triunfaran la espera. Ya viran pasar cadáveres y más cadáveres de enemigos, algunos de ellos, bien más ganadores que el propio caballero de pies cansados. Es un guardia. Pastora día y noche, horas más ardientes que otras los viejos portales de los sueños. Aquellos portales que llevan al mundo de nuestros abuelos. Portales cerrados a siete llaves bajo la paciencia infinita de los crucigramas diarios. Cruzadas de palabras que vez u otra le lleva través de la memoria, portales adentro. Y allí, con los suyos, no se acuerda de nosotros, en el lado de acá, que así como yo, jamás tendrán estos sueños. E así, de calcetines de fuera, sobre los zapatos, hechándose de menos, el viejo guardia espera en un silencioso llanto por aquél día que pueda, finalmente, bajar guarda y permanecer cada vez más joven en los jardines maravillosos cultivados por sus hermanos y guardados por aquellos portales secretos, fantásticos, invisibles, inexistentes...

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